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lunes, 8 de julio de 2013

VIVIR LUCIDAMENTE EN EL MUNDO DE LOS SUEÑOS









1.- LO MÁS IMPORTANTE: nunca pierdas tu CAPACIDAD DE ASOMBRO. El día que dejen de brillarte los ojos ante el maravilloso espectáculo de la vida entonces estarás verdaderamente "muerto".
2.- En tu vida diaria permanece siempre ATENTO a los múltiples cambios que suceden continuamente a tu alrededor. NUNCA MIRES NI HAGAS LAS COSAS HABITUALES RUTINARIAMENTE.
3.- Aprende y recuerda siempre que ESTE MOMENTO es el más importante de tu vida. Y es que, en realidad, no tienes otro. Sólo tienes posibilidad de vivir en TIEMPO PRESENTE. Tú existes AQUI Y AHORA. Si lo comprendes, es así, si no lo comprendes, es así.
4.- Acostúmbrate, incesantemente, a verte a ti mismo en escena, en todas las cosas que hagas. No pierdas la conciencia, la sensación clara, de que ESTAS AQUI, vivo, existiendo. Siéntelo ahora. Trata de sentirlo siempre. Y si te olvidas, vuelve a recordarlo.
5.- Trata de parar, en algún momento del día, tus actividades durante un momento. Siéntate algunos minutos, relájate y conviértete en un espectador de tu mente. Contempla tus pensamientos como si fuesen una película. No te dejes atrapar por ellos. Sólo obsérvalos serenamente, relajadamente y déjalos pasar. Este sencillo ejercicio debe resultarte agradable. Si no es así es que no lo estás haciendo adecuadamente. Entonces déjalo y practica sólo el siguiente.
6.- Dedica algunos minutos, por la mañana y por la noche, a RESPIRAR CONSCIENTEMENTE. Simplemente relájate, haz dos o tres respiraciones profundas y luego deja que tu cuerpo respire por sí solo. Tú únicamente OBSERVA como lo hace. Esto te resultará muy gratificante.
7.- Prueba esta sencilla táctica: antes de dormirte observa detenidamente tu cuarto, como si lo vieras por primera vez. Date cuenta que tu cuerpo va a descansar, que te estás acostando. Repítete a ti mismo: "voy a descansar en mi cama. Si a partir de ahora me encuentro en otro lugar o con otras personas es que estoy soñando. Me daré cuenta y me moveré a voluntad". Si lo practicas con la debida constancia acabará dando un positivo resultado. Sólo ten la paciencia suficiente para que el mensaje se grabe en tu subconsciente.

8.- También puedes dormirte imaginando (jugando) que viajas a cualquier lugar que te guste. No te pongas límites, puedes ir volando si quieres y contemplar el lugar desde todos los ángulos que quieras. Cuando tu cuerpo, por fin, se quede dormido, el lugar al que te has transladado como si de un juego se tratase te rodeará por completo y podrás explorarlo en tu sueño.

9.- Puedes, si quieres, simplemente observar como te vas durmiendo. Ocurren muchos interesantes fenómenos en este proceso. Te conviertes en un investigador del sueño. Si sueles practicar el punto 5 te será más sencillo. Pero ahi personas que no son capaces de relajarse, de observar sin tensiones y no consiguen que su cuerpo se duerma mientras tratan de observar su sueño. Tal vez puedas corregir ese error.

10.- Hay una clave muy bonita pero también personas a las que les da miedo (miedos hay para todos los gustos) o les pasa lo del punto anterior. Consiste en observar como el cuerpo se duerme para llegar a captar un instante "mágico". Se trata del momento en que el cuerpo ni está dormido del todo ni despierto. Cuando las imágenes de los sueños empiezan a tomar consistencia y color. Cuando los sonidos del mismo empiezan a tornarse nítidos. En ese brevísimo instante, con decisión sintiendo que uno es algo sutil, ligero... se levanta. Tal como suena: levantarse. Si el instante es el adecuado observareis que os habeis separado de vuestro cuerpo. Si mirais a la cama lo vereis durmiendo (como podeis imaginaros la primera vez la impresión es tal que os despertareis inmediatamente). Pero también podeis flotar en el aire o atravesar una pared (cuidado impetuosos, a veces se ha levantado uno con su cuerpo físico, así que si quereis atravesar tabiques probad antes con una mano). Si no ha salido bien se vuelve uno a la cama y repite. Pero esto no es para los que se cansan enseguida, para los perezosos o los que les da miedo casi todo.
Mariana Vernieri



Los sueños pueden ser vistos como una  sucesión de imágenes inconexas, aparentemente sin sentido, reflejo de una actividad mental que no cesa completamente mientras el cuerpo descansa.   Pero en realidad, son mucho más que eso. Los sueños son, en primer lugar, la conexión más directa que tenemos con nuestro inconsciente. Nuestra mente conciente es como la pequeña punta de un iceberg que aflora a la superficie. Luego tenemos el preconciente, y por debajo, una enorme masa oculta, que ocupa aproximadamente el 80% de nuestra psique, y ésta es precisamente nuestra mente inconsciente.
En ella almacenamos toda la información que percibimos desde que nacemos. De hecho, si no podemos recordarlo todo concientemente no es por una falla de "almacenamiento" sino por una falla en la recuperación de la información. Si luego de subir una escalera nos preguntan cuantos escalones hemos subido, no lo sabremos. Pero bajo hipnosis podremos recordarlo con precisión.
Toda esta información queda registrada en el inconsciente y condiciona nuestra conducta, nuestros sentimientos, nuestros instintos y nuestras emociones.
Mientras que la mente conciente es intermitente y se apaga cada noche cuando nos vamos a dormir, el inconsciente permanece despierto las 24 horas, sin descansar. Y es durante las horas del sueño, cuando la conciencia calla, cuando mejor podemos escucharlo.
En los sueños, entonces, nos habla mediante un lenguaje universal, de símbolos, imágenes y simplificaciones, nuestro yo más profundo. Si sabemos escucharlo -e interpretarlo- tendremos un íntimo contacto con nuestro más preciado amigo: nosotros mismos.
Así, hay gente que se propone usar los sueños a su favor, mediante técnicas sencillas de interpretación. Por ejemplo, antes de ir a dormir se concentran y piensan: "El sueño de esta noche me dará la respuesta a x interrogante de mi vida ". Al despertar, recordando la pregunta que uno le hizo a su inconsciente, y mirando al sueño que hemos tenido con esa lupa, encontraremos una respuesta que viene directamente de las profundidades de nuestra mente.
Pero si bien los sueños REM comunes son importantes, y nos ayudan a conocernos mejor, ya sea que formulemos o no preguntas antes de tenerlos, el mundo onírico nos abre la puerta a un universo aún mucho más apasionante: Los sueños lúcidos (o sueños concientes).
¿Nunca les ha pasado que mientras soñaban se daban cuenta de que estaban soñando, y permanecían en el sueño, aunque con la conciencia típica del estado de vigilia?
La mayoría de las personas han tenido al menos alguna vez este tipo de experiencia espontáneamente. Se trata de un estado de conciencia distinto (no es ni sueño ni vigilia) con ondas cerebrales de características totalmente distintas a las del sueño REM no conciente.
A partir del momento en que tomamos conciencia de estar dentro de un sueño, tomamos también el control de nuestro sueño y se abre un abanico infinito de cosas que podemos hacer. Nuestro inconsciente se despliega ante nuestros ojos y allí estamos nosotros, con todas nuestras luces, para navegar concientemente dentro de él.
Personalmente, desde chica he tenido sueños lúcidos espontáneos, y en mi adolescencia fui aprendiendo las técnicas para provocarlos y dominarlos. Desde entonces he hecho todo tipo de experimentación con ellos, y se han convertido en una parte importante de mi vida.
¿Para qué tener sueños lúcidos?
Quién lo ha experimentado espontáneamente sabe de la inmensa sensación de poder que nos invade cuando dentro del sueño, sabemos que estamos soñando. Somos dueños y señores en ese mundo. Las reglas las ponemos nosotros. Nuestros deseos se hacen realidad.
Pero la primera y principal causa que hace de la lucidez una herramienta fundamental para manejarnos por los sueños son las temibles pesadillas, y sueños desagradables.
A veces, mientras dormimos, el inconsciente nos juega una mala pasada, y nuestro sueño nos tortura con los peores sufrimientos. Inadvertidos de que es una ficción, nos preocupamos y atormentamos como si fuera la vida real, y el alivio recién llega al despertar.
Caemos desde alturas inconmensurables, somos perseguidos por personajes siniestros, muere la gente que amamos, somos traicionados, burlados, encerrados...
Son "sólo sueños" pero sin embargo nos conmueven desde lo más profundo. Quizás despertamos sobresaltados, el corazón nos late fuerte, y hasta tenemos ganas de llorar. En fin, son una verdadera pesadilla.
¿Como librarnos de ellas? ¡¡Con la ayuda de la lucidez!!
Si en una pesadilla nos damos cuenta de que estamos soñando (y como ya verán esto es fácil con un poco de práctica) primero nos tranquilizamos: sabemos que lo malo que ha sucedido o está sucediendo no es real. Luego que nos reafianzamos en la lucidez, estamos en condiciones de tomar control del sueño. Así, podemos despertarnos si lo deseamos o, mejor aún, ejercer nuestro poder para transformar el sueño en lo que más deseemos. Los monstruos y las desgracias dejadas atrás, podemos sumergirnos en un sueño maravilloso y... ¡Pesadilla terminada!
Más allá de esta función "de rescate" los sueños lúcidos sirven también para:
Sentir bienestar y felicidad: 
            Simplemente al tomar conciencia nos dedicamos a hacer lo que nos gusta: volar por los aires, flotar en el agua sin necesidad de respirar, pasear por los lugares más hermosos, comer los mejores manjares, encontrarnos con la gente que queramos, concretar las aventuras románticas más esperadas... En nuestros sueños lúcidos somos como "magos". Cuando aprendemos a ejercer el poder podemos lograr lo que sea que deseemos. ¡Los límites sólo los pone la imaginación!
Inspiración, arte y creatividad:
Para cualquier tipo de arte los sueños lúcidos pueden ser una excelente fuente de inspiración. Con la práctica necesaria para recordar lo que se crea dentro del sueño, y la suficiente concentración como para programarse antes de dormir a crear ni bien se adquiera el estado de lucidez, encontramos una puerta abierta a nuestro centro creador, mucho más directa que la que tenemos en estado de vigilia. Muchos pintores, poetas y músicos utilizan esta técnica. Y a su vez, la mayoría de las personas que buscan y consiguen tener sueños lúcidos con regularidad tienen una faceta artística. Son dos cosas muy relacionadas.
Sólo se trata de decirse a uno mismo en el estado de sueño lúcido:
"Quiero que aparezca una tela en blanco y pinturas" y comenzar a pintar. O se hace aparecer el instrumento que uno toca y se compone una canción. O un lápiz y papel y escribimos un cuento, poesía, composición, o un capítulo de nuestra novela.
La creatividad surge increíblemente sin trabas, y a toda velocidad. Porque estamos allí, al lado de nuestro inconsciente, sin intermediarios.
La otra técnica es encontrar las cosas ya creadas. Por ejemplo "Quiero ver un cuadro hermoso" o escuchar una melodía, o "ver en la tele" una buena historia. Esas también son creaciones nuestras, aunque en el momento nos lleguen como ajenas. Sobre estas, tenemos aún menos control conciente por lo que suelen salir cosas loquísimas, surrealistas, extrañas, y a veces de gran valor artístico.
Experimentar con lo paranormal:
Al ser un sueño lúcido un estado de conciencia alterado, está íntimamente relacionado con las distintas experiencias paranormales de las que se suele hablar. Hay quienes dicen que en estos sueños pueden ver el futuro, otros que recuerdan sus vidas pasadas, y otros que hablan con "entidades espirituales" superiores, o maestros, o que se comunican con los muertos.
Yo no digo que todo esto exista. Al contrario, mi experiencia no termina de ser contundente al respecto. Pero me parece muy interesante utilizar el sueño lúcido como experimentación para que cada uno saque sus propias conclusiones.
Yo he probado con bastante poco éxito - confieso - aunque no nulo:
-Comunicarme durante el sueño con alguna persona cercana, decirle algo, y luego al despertar inquirirle sobre lo que le dije.
-Buscar información que me era imposible conocer, como ir a un determinado museo que nunca visité y leer algún cartel, para después chequearlo.
-Compartir el sueño con otra persona (que sueñe lo mismo al mismo tiempo).
-Ir al futuro.
-Ir a mis vidas pasadas. (En estas experiencias siempre perdí la lucidez volviendo a un sueño onírico común y corriente. Se ve que me faltó concentración, o que no es un buen método)
  ... y otras cosas por el estilo.
En el momento, me propongo adentrarme en la teoría del "viaje astral" y "experiencias extracorpóreas" para dentro de un tiempito experimentar con ellas. Dicen que están muy relacionadas con los sueños lúcidos, que los diferencia sólo una variación de  "vibración".
Como habrán visto en mi sección sobre "mente y alma", es un tema que me apasiona y que trato de abarcar desde lo racional y científico. Pero si lograra vivenciar algo así, me convencería más que mil argumentos juntos. Por eso creo que vale la pena intentarlo.
Sueños de "escuela nocturna":
Otra apasionante posibilidad que nos brindan nuestros sueños lúcidos es la de educar los aspectos de nuestra personalidad que deseemos mejorar, aprovechando la cercanía al inconsciente, que nos facilita trabajarlo mucho más directamente. Es un método altamente recomendado para la superación de fobias.
Aquel que le tiene miedo a las alturas -por ejemplo-  puede entrenarse escalando montañas... en los sueños. Llegará un momento en que al despertar ya se sienta lo suficientemente seguro y confiado como para intentarlo el la vigilia. El tímido puede intentar en su sueño asistir a grandes reuniones y hacer chistes, o dar una charla en público. El eterno enamorado ensayar diversas formas de declararse.  El que necesite practicar el autocontrol, la tolerancia, la empatía, o lo que sea, puede definir sus propias metas y ejercitarlas en los sueños.
Previamente es fundamental tener una idea de a donde deseamos llegar. Qué aspectos queremos mejorar, y entrar en una campaña global para hacerlo. Luego los sueños nos brindan un escenario ideal para nuestra práctica: nadie nos juzga, nadie se sorprende, somos completamente libres porque sabemos que lo que sucede no es real. Y el cambio en nuestra personalidad se va forjando desde adentro, desde donde el cerebro es más vulnerable a cambiar. Se nos abre así una puerta que nos permite abarcar aquellos aspectos negativos que con nuestros simples ejercicios diurnos parecían imposibles de mejorar.
Tipos de Sueños lúcidos
Hay tres maneras distintas de llegar tener sueños lúcidos. Cada una de ellas de diferentes características:
La más frecuente consiste en comenzar teniendo un sueño común, darse cuenta por algún motivo que se está soñando, y a partir de ese momento entrar en estado de lucidez. Este tipo de experiencia se llama DILD (Dream Induced Lucid Dreams) justamente porque comienza en un sueño.  Esta es la que la mayoría de la gente, sin entrenamiento alguno, logra al menos una vez en la vida espontáneamente.
  Para lograrlos el primer paso es practicar el ejercicio de recordar los sueños al despertar. Si nos levantamos apurados por entrar en nuestras obligaciones diarias, poco éxito podemos tener en lograr sueños lúcidos. Por eso conviene despertarse de a poco, tratar de no abrir los ojos en seguida, recordar los sueños lo mejor que podamos, con todos los detalles posibles. Es muy positivo, si se desea, anotarlos.
A la noche, antes de dormir, conviene decirse - e incluso anotar - qué es lo que uno desea hacer cuando adquiera lucidez, e ir a dormir con la intención de lograrlo.
El siguiente paso es estar siempre atentos a las señales de sueños, generales y sobre todo las nuestras propias (ver la siguiente sección para más detalles)
 
La segunda técnica llamada WILD (Wake Induced Lucid Dreams) es apasionante porque en ella se logran las experiencias más fuertes y espectaculares. Es más difícil de lograr porque se necesita muchísima tranquilidad.  Se trata de entrar directamente en estado REM desde la vigilia sin discontinuar la conciencia en ningún momento. Para ello uno se va a dormir relajándose de a poco y procurando en todo momento seguir conciente. "Me estoy quedando dormido, estoy entrando en un sueño, lo voy a dominar..." En el capítulo Así logro yo un WILD (Modelo de meditación) desarrollo con más detalle mi técnica personal para tener este tipo de sueño lúcido.

El tercer método, que estoy utilizando últimamente, es similar al WILD pero con la diferencia de que es más sencillo de lograr y no tan intenso porque al igual que el DILD tiene más elementos oníricos puros. Se llama MILD  (Mnemonic Induced Lucid Dreams) y consiste en interrumpir el sueño en medio de la mañana, recordarlo con detalle, y luego de un rato (se recomienda media hora) volver a acostarse y "entrar" nuevamente en el sueño, pero ahora con conciencia. Cuando uno está medio dormido, recordar el sueño conduce a volver a él. Es recomendable, en esos minutos en que nos levantamos, hacer actividades que despierten nuestro hemisferio izquierdo (el de la mente lógica) mientras el cuerpo permanece cansado. Para ello, podemos jugar una partidita de ajedrez, leer con concentración, trabajar un rato, o más sencillo, hacer algunas cuentas mentalmente. Luego volvemos a la cama y el ejercicio que hay que hacer es similar al del WILD en el sentido de que hay que procurar entrar en REM sin perder la conciencia. Pero hace falta mucha menos relajación, porque veníamos soñando, y estamos muy cansados. El sueño nos tira, no tenemos que provocarlo. Claro que no será nada divertido ponerse el despertador y levantarse media hora a las 6-7 de la mañana sólo para esto. Yo lo hago porque tengo que levantarme para cumplir ciertas obligaciones. Luego de cumplimentarlas puedo volver a la cama, así que ahí aprovecho para intentar mis MILDS. 
¿Cómo reconocer que estamos en un sueño?
En el sueño pasan cosas muy raras, que con nuestra lucidez normal deberían delatarnos que estamos soñando. Pero a pesar de eso, la mayoría de las veces no nos damos cuenta. Tomamos todo como viene, creyendo que los acontecimientos más inverosímiles son verdaderos y al despertar nos preguntamos: "¿Como no me avivé de que era un sueño?¡¡Era tan obvio!!" Como todo, esto se puede entrenar. Y el primer paso es realizar "chequeos de realidad" y tener claras las "señales de sueños"

Chequeos de realidad:
Si ante determinadas situaciones nos acostumbramos a preguntamos si estamos soñando durante el día -en la vigilia-, con el tiempo nuestro cerebro se programa también para hacerlo durante la noche -mientras efectivamente estamos soñando-. Varias veces al día conviene hacerse esta pregunta, entrenando al cerebro para hacerlo en todo momento.
Pero hay situaciones en las que especialmente es importante hacerse esta pregunta, y  son los momentos de miedo y angustia. Si cada vez que nos sucede algo malo, antes de dejarnos tomar por las emociones negativas, tomamos la costumbre de cerciorarnos de no estar soñando, nos chocaremos con varias paredes al constatar "no, lamentablemente es real, no es un sueño" pero evitaremos numerosas pesadillas.
El simple hecho de acostumbrarse a autoformularse esta pregunta es un paso elemental si se desea tener sueños lúcidos. La respuesta, cuando es negativa, suele ser automática: La realidad es contundente y cuando estamos en ella sabemos darnos cuenta con facilidad de que no es un sueño. Pero por el contrario, cuando estamos en el sueño no es tan automático. El hecho de dudar sobre la respuesta, nos da una pauta de que debe ser un sueño, porque en la realidad casi siempre nos damos cuenta en seguida de que no lo es. Podemos hacer entonces, para no tener ninguna duda, alguna de las siguientes pruebas:


Intentar atravesarnos la palma de la mano con un dedo de la otra mano.

Intentar volar.

Mirar con detalle las cosas, especialmente los bordes. Si son borrosos es un sueño.

Mirar el reloj, o intentar leer algo. Si las letras y números cambian es un sueño.

Prender una luz o activar un aparato y ver si reaccionan en forma extraña.

Atravesar con nuestra mano una pared o cuerpo sólido.

Movilizar objetos con la mente, o hacer aparecer algo.
Estas pruebas no sólo nos ayudan a determinar que estamos en estado de sueño y no de vigilia, sino que también sirven para "convencernos" de que estamos soñando y aumentar nuestra lucidez.
Especialmente atentos a realizar chequeos de realidad debemos estar cuando reconocemos alguna "señal de sueño".


Señales de sueños
Son acontecimientos u objetos extraños en el mundo real, pero frecuentes en los sueños. Cuando ya se han tenido sueños lúcidos y se tiene cierta práctica, es cuestión de tener en claro cuales son, y estar atentos a reconocerlos la próxima vez que se presenten. Estos son algunos de los más típicos:


Los aparatos no funcionan como es esperado

Hay personas, animales u objetos en lugares o situaciones absurdas

Sentimos que nos caemos de alturas enormes

Los objetos son demasiado pequeños, grandes u extraños

Se nos cae el cabello o los dientes

Estamos descalzos o desnudos en público

Nos sentimos paralizados

No nos sale la voz

Nos persiguen

Estamos en un baño en el que nos falta privacidad

Vivenciamos catástrofes o desastres naturales

La casa está distinta, los cuartos cambiaron de disposición

Vemos personas fallecidas

Vemos personas que hace mucho tiempo no veíamos

Estamos de vuelta en el colegio o en la casa de nuestra infancia
Pero además de estas clásicas señales de sueños, cada uno puede tener las suyas propias. Se trata de reconocer aquellas cosas con las que solemos soñar y proponernos la próxima vez que las vivamos, hacer un chequeo de realidad. Yo por ejemplo solía soñar con una ola gigante que inundaba toda la ciudad. Llegado un punto, lo reconocí como señal de sueño y nunca más logró asustarme. También sueño que estoy dando exámenes en la facultad cuando ya hace años me recibí. Otras señales personales de sueños podrían ser, por ejemplo:


Manejamos un auto cuando en la realidad no sabemos conducir

Vemos personas famosas, o a determinados personajes habituales en nuestros sueños

Encontramos a nuestra pareja engañándonos

Nuestra ropa no es como solía ser, no nos entra o está rota

Llegamos tarde a algún lugar

No recordamos la clave de nuestro candado del locker o la bici

Tenemos un affair con determinada persona
Estos últimos son muy personales, por eso no tiene mucho sentido seguirlos mencionando. Lo que sugiero es llevar un diario de sueños (yo lo hice durante todo un año) y luego analizarlo en búsqueda de tus señales personales de sueños. Aquellos signos recurrentes que debieras programarte a reconocer como oníricos para que te lleven a la lucidez.
Como aumentar y mantener la lucidez
Cuando ya estamos adentro del sueño, y comenzamos a tomar conciencia, corremos el riesgo de despertarnos, o de que todo se desdibuje y vuelva a convertirse en un sueño común.
Un buen truco para que esto no suceda es comenzar a girar nuestro cuerpo onírico sobre sí mismo (como la mujer maravilla) concentrándonos en aumentar la lucidez.
Mientras giramos nos repetimos: "Estoy en un sueño, yo sé que este es mi sueño, quiero manejarlo, quiero aumentar y fortalecer mi lucidez"
Cada vez que sentimos que el sueño nos está envolviendo podemos hacerlo nuevamente, para no perder el estado de lucidez.
También esta técnica de girar es buena cuando deseamos cambiar de escenario. Nos decimos "Cuando termine de girar voy a estar en un jardín hermoso con toda mi familia" o "Voy a despegar en un vuelo hacia la luna"
Repetir regularmente una frase como "aumentar lucidez" imaginándola como un comando mientras nos manejamos por nuestro sueño lúcido puede ser otra técnica efectiva.
También se pueden usar los sentidos para aferrarnos al sueño. Mirando fijamente algún objeto, saboreando o tocando algo. Me ha dado buen resultado la técnica que me enseñó mi amigo “truthbearer” consistente en frotarse las manos, como enjabonándolas.
Por otro lado, cuando en un sueño lúcido estamos poniendo demasiada concentración, como por ejemplo intentando resolver un problema matemático o guardar en la memoria para cuando despertemos una frase larga y precisa, o toda una canción,  la mente se siente sobreexigida y corremos el riesgo de despertar. Por eso, cuando sentimos que esto está por suceder, es mejor dar unas vueltas y dedicarnos a tareas sencillas como volar un rato, para relajar la tensión, y en una de esas, si no nos olvidamos, volver a nuestra dificultosa tarea más tarde.

Así logro yo un WILD

Lo más importante para lograr un WILD es un entorno de silencio y tranquilidad. Poca luz, ropa cómoda, retiramos anillos y cadenas. Nos aseguramos de que nadie nos va a interrumpir, y de dejar de lado las preocupaciones. Podemos ponernos algo que nos tape los oídos como auriculares apagados o con música clásica o new age muy tranquila a volúmenes muy bajos.
Nos acostamos boca arriba, con los brazos al costado del cuerpo, las palmas hacia arriba. Podemos juntar los dedos índices con los pulgares. La cabeza levemente levantada por una almohada bien cómoda. Distendemos todos los músculos, nos aseguramos de que las mandíbulas no estén haciendo presión, y que la lengua no se apoye contra el paladar.
Comenzamos a concentrarnos en la respiración. Tratamos de solamente pensar en ella, dejando cualquier otro pensamiento de lado. Vamos contando cada inspiración, del 1 al 20. Si nos desconcentramos comenzamos nuevamente. Y cada respiración es un poco más lenta que la anterior.
Luego visualizamos una luz muy brillante y buena, de color verde fluorescente. La vemos acercarse a nuestra cabeza y penetrar en ella. Es una luz que alivia las tensiones, y cura las dolencias.
Con cada respiración va recorriendo nuestro cuerpo dejándolo luminoso y relajado. Muy lentamente recorre cabeza, cuello, hombros, brazos... todos los órganos internos,  de arriba hacia abajo para culminar, en el tiempo que necesitemos, por la punta de los pies.
Cuando hemos terminado, vemos brillar todo nuestro cuerpo entero, sientiendonos en un total estado de relajación.
En este punto hay dos caminos inversos para seguir, pero que, paradójicamente, a mi por lo menos me conducen al mismo resultado. Puede ser sentirse muy liviano, o por el contrario sentirse muy pesado. El cuerpo pide una de las dos alternativas. Si vemos que tiende a la liviandad, vamos haciéndonos tan livianos que sentimos que flotamos. Si vemos que nos pide rigidez, nos sentimos tan duros que no podemos movernos aunque lo deseemos. Sentimos que todos los músculos están rígidos y que el cuerpo nos pesa muchísimo sobre la cama.
De cualquiera de las dos formas, vamos entrando en un estado de relajación profunda. La voz más externa de la mente ya calló. Estamos en estado alfa. Si prestamos atención, iremos identificando "voces mentales" o pensamientos inconscientes que parecen absurdos y que se desvanecen con rapidez. Pueden ser voces de personas conocidas, la nuestra propia, o de cualquiera, diciendo frases sin sentido aparente. La tarea en este punto es tratar de retenerlas, identificarlas, entenderlas.
Luego de unos instantes de seguir en ese estado, además de las voces se empiezan a formar imágenes dinámicas. Esa es la señal de que estamos por entrar en sueño REM. El desafío es adentrarse en ellas, no dejarlas ir.
Cuando logramos hacer vívida y continuada una de esas escenas vamos sumergiéndonos en un sueño, y debemos procurar no perder la continuidad de la conciencia cuando finalmente entremos en él.
"Me estoy quedando dormido, la imagen que veo es un sueño, quiero entrar en él" Nos decimos. Y si vemos a nuestro cuerpo onírico (a la imagen de nuestro propio cuerpo) nos sumergimos en él, y lo hacemos girar como describí en el punto anterior, diciendo: "No debo olvidarme de que este es un sueño, yo tengo el control, yo lo manejo como quiera"
Si lo hacemos correctamente, a esta altura ya estaremos adentro. Entramos en un estado pleno de sueño lúcido, con todas las características del REM (Si nos observan verán los rápidos movimientos oculares) y con plena conciencia lo cual se demuestra no sólo vivencialmente, sino también a través de una diferente gráfica en el electroencefalograma.
¿Peligros?
Me gustaría decir, como lo hacen casi todas las publicaciones que hablan sobre el tema, que la práctica frecuente de sueños lúcidos no tiene ninguna contraindicación u efecto adverso. Pero mi experiencia me indica que -si bien no se trata de nada demasiado grave- hay ciertos riesgos de los que hay que estar concientes para su buen manejo:

Usar los sueños como un refugio
El espectacular abanico de posibilidades que se nos abre en los sueños lúcidos puede funcionar como una droga que nos haga dar menos importancia a las frustraciones de la vida real. "¿Que me importa fracasar aquí si en mis sueños soy tan exitoso como desee?"
Algunas personas, se me ocurre, pueden dormir largas siestas, o incluso desear que llegue la noche e ir a dormir temprano para entrar en este estado en el que tienen control de la situación, dejando de lado lo más importante: La vida real.


 Perder estabilidad mental
Esto sólo puede ocurrirle a aquellos que  tienen cierta predisposición a la locura. La vivencia de experiencias demasiado realistas pueden hacer que algunos confundan la realidad con la ficción. Esto desde ya no representa riesgo alguno para el común de la gente, ya que se trata de estados de conciencia muy distintos y fácilmente reconocibles por la mente sana.


Oír voces amenazantes
Es relativamente frecuente que en medio de nuestro sueño lúcido oigamos una voz, o nos encontremos con un personaje onírico que que nos diga cosas como:
 "Aquí sólo llegan los elegidos y tu no has sido invitado. Más vale que si vuelves sepas para qué lo haces, porque si sigues haciendo tonterías como volar o hacer desaparecer cositas, puede ser muy peligroso para ti. Es una advertencia!!"
Personalmente he sido escarmentada por este tipo de mensajes más de una vez, sobre todo en WILDS. A pesar de todo aquí estoy, persistiendo. Porque creo que se trata simplemente de voces generadas por nuestro inconsciente, que nos quiere poner a prueba, y guiarnos sobre qué deseamos hacer de nuestros sueños lúcidos. Con sueños de "escuela nocturna", por ejemplo, jamás me ha sucedido algo así.


Molestar a la familia
Si tenemos nuestra atención enfocada en los sueños lúcidos podemos tener problemas con la gente que nos rodea, sobre todo en horas de la noche y de la mañana. Si alguien nos interrumpe mientras estamos intentando recordar un sueño, nos despierta en medio de un sueño lúcido o nos distrae cuando estamos penetrando en un WILD o un MILD podemos enojarnos mucho, sin que en realidad la persona haya hecho nada malo. Sin ir tan lejos podemos no prestarles atención mientras nos hablan por no "perder" el recuerdo de nuestro último sueño.
Puede aburrirles el tema o desconfiar de él, si queremos contarles nuestras experiencias, mientras que si no lo hacemos sentimos que están alejados de una importante faceta de nuestras vidas. 
Además, al profundizar en estas prácticas los sueños se hacen más vívidos. Por eso podemos hablar por las noches, emitir sonidos, despertarnos sobresaltados, lo cual puede molestar a nuestro compañero de cama.
Por lo tanto, si uno va a abocarse a esto, es importante poner las cosas en su lugar: en primer término la familia.


No descansar bien
Por último, la mente necesita descansar, y los sueños REM normales cumplen una función muy importante en este descanso. Si dedicamos todos nuestros sueños a explorar las fronteras de la conciencia, podemos sentirnos muy cansados y hacernos daño a largo plazo. Por tal motivo recomiendo no tener sueños lúcidos todos los días, o si lo hacemos, tener sueños lúcidos tranquilos y amenos que requieran poca concentración, y dejar los "ejercicios difíciles" para una o dos veces por semana.

Control de sueños ¿Somos omnipotentes?
No, no lo somos. En nuestros sueños concientes podemos hace muchas, muchas cosas, por ejemplo:
- Volar
- Atravesar muros o espejos
- Movilizar objetos con la mente
- Cambiar el entorno/ paisaje
- Hacer aparecer/desaparecer gente- objetos
- Resolver problemas matemáticos simples
- Leer y recordar lo que se lee
- Recordar lo que uno se propone hacer en su SL antes de dormirse
- Hablar en voz alta con alguien de afuera sin despertarse
 Pero a veces estas cosas se nos hacen difíciles. Uno intenta volar, por ejemplo, pero no puede. Las cosas pueden no salirnos como deseamos. Si esto sucede, hay varias cosas que podemos hacer para aumentar nuestro control:
- Dar órdenes en voz alta "¡Que esta persona desaparezca ya!" "¡Quiero volar!"

- Tener fe. Si estamos convencidos de que podemos hacer algo, podremos! Si las cosas no nos salen es por falta de confianza. Decirnos: "Este es mi sueño y yo tengo el control, lo que sea que desee puedo lograrlo!!"
- Si seguimos con poco control, es cuestión de girar y girar diciéndonos "Me estoy cargando de poder, cuando deje de girar voy a poder ..."
Hay cosas, sin embargo, que escapan a nuestro control inevitablemente, siendo la más importante de todas el comportamiento de los distintos personajes que aparecen en nuestros sueños. Podemos "sugestionarlos" si queremos. Pero lo que digan o hagan va a depender en última instancia de "ellos" y no de "nosotros". En nuestros sueños lúcidos, al igual que en los sueños REM comunes, tenemos únicamente control sobre nuestras palabras y acciones, y no sobre las ajenas.
Lo mismo sucede respecto al devenir de la historia. Siempre pueden aparecer elementos imprevistos. Este conjunto de reglas especiales caracterizan al sueño lúcido distinguiéndolo de otros estados de conciencia como el sueño común, o la meditación imaginativa.
Cosas interesantes para hacer en los sueños lúcidos
Aquí un pequeño listado de ideas para hacer en tus SL clasificados según las finalidades descritas anteriormente. Bienvenidas todas las nuevas ideas que puedan enviarme!!!

Sentir bienestar y felicidad: 

Volar

Viajar al espacio exterior

Encontrarnos con extraterrestres

Ser famosos y exitosos

Ser un pecesito o un perro

Cambiar de sexo...

Ser alguien que conoces

Cocinar algo rico y comerlo

Pasar la velada en un fantástico resort 5 estrellas all included

Encontrarnos con nuestra estrella de TV favorita

Realizar nuestras fantasías sexuales más locas

"Penetrar" en tu libro o película favoritos

Disfrutar de una finísima mesa dulce o salada frente a un atardecer en el mar con la compañía ideal.

Nadar entre los delfines

Ver un panel de muchos televisores mostrando escenas distintas, elegir uno y "entrar"

Ser un superhéroe

Congelar el tiempo y ser el único capaz de moverse

Manejar el tiempo como con un control remoto (Adelantar, retroceder, pausa, más rápido, más lento...) Yendo al pasado y al futuro según lo deseemos

Inspiración, arte y creatividad:

Tocar en nuestra banda favorita

Tocar fantásticamente un instrumento

Escribir un cuento/ novela/poema

Inventar una canción

Pintar un cuadro

Diseñar un sitio web

Entrar en un cuento/novela/película/obra de teatro/y cambiarle el final

Plantearse un problema de la vida real y pensar posibles soluciones creativas para el mismo

Pensar sobre nuevos negocios e ideas comerciales innovadoras

Armar una campaña publicitaria

Experimentar con lo paranormal:

Proponerse junto con otra/s persona/s tener un sueño compartido y evaluar los resultados

Intenar hablar con Dios o con espíritus superiores

Intentar un viaje astral

Ver tu cuerpo desde afuera

Comunicarle algo a alguien, y al despertar chequear resultados

Visitar un lugar en el que nunca estuviste, luego ir y comparar resultados

Ir al futuro

Ver qué número va a salir en la quiniela y al despertar comprarlo

Ir al pasado (niñez, revivir algún recuerdo, vidas pasas)

Lo mismo que el anterior pero cambiando alguna acción, a ver qué hubiera pasado

Pedirle a alguien "de afuera" que te transmita algún conocimiento imposible de que conozcas aún inconscientemente, y al despertar chaquear.

Encontrarte con el "amor de tu vida" (si aún no lo has hallado) y preguntarle sobre cómo buscarlo en el mundo real

Dejar alguna marca en el mundo real que pueda ser constatada al despertar (escribir algo, tirar algo al piso)

Hablar con alguien que falleció. Preguntarle sobre algo que sólo él sabía.

Preguntarle sobre qué hay después de la muerte. Experimentar ir allí.

Dejar un libro que no hayamos leído sobre la mesa. En el sueño ir a buscarlo abrirlo en la página 100 y recordar lo que dice. Al despertar constatarlo.

 Sueños de "escuela nocturna":

Hacer lo mismo que en el punto anterior pero con un libro que leímos para probar nuestra memoria inconsciente.

Hablar con nuestro inconciente/llamarnos por teléfono a nosotros mismos.

Hablar con alguien que conocemos para ver qué nos dice, esa es la idea profunda que tenemos de esa persona.

Lo mismo que el anterior pero haciendo una pregunta concreta. Al despertar formularle la misma pregunta y comparar ambas respuestas. Esto nos da una idea de cuanto lo conocemos.

Observarse en un espejo, y ver que pasa.

Atravesar el espejo.

Encontrarte con personas que admiras para conversar sobre los temas que dominan.

Expresarle nuestros sentimientos a una persona que nunca antes nos atrevimos.

Tener alguna conversación postergada.

Hacer algún ejercicio de yoga o de meditación dentro del sueño.

Sanarnos o aliviar alguna dolencia.

Ejercitar con nuestros miedos, para sobrellevarlos.

Buscar "maestros" para pedirles consejos u opiniones sobre diversos temas. Pueden ser personas vivas o muertas, que nos conozcan o no, e incluso imaginarias. Ellas, en todos los casos, representarán nuestra sabiduría inconsciente.






























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