1.-
LO MÁS IMPORTANTE: nunca pierdas tu CAPACIDAD DE ASOMBRO. El día que
dejen de brillarte los ojos ante el maravilloso espectáculo de la vida
entonces estarás verdaderamente "muerto".
2.-
En tu vida diaria permanece siempre ATENTO a los múltiples cambios que
suceden continuamente a tu alrededor. NUNCA MIRES NI HAGAS LAS COSAS
HABITUALES RUTINARIAMENTE.
3.-
Aprende y recuerda siempre que ESTE MOMENTO es el más importante de tu
vida. Y es que, en realidad, no tienes otro. Sólo tienes posibilidad
de vivir en TIEMPO PRESENTE. Tú existes AQUI Y AHORA. Si lo comprendes,
es así, si no lo comprendes, es así.
4.-
Acostúmbrate, incesantemente, a verte a ti mismo en escena, en todas
las cosas que hagas. No pierdas la conciencia, la sensación clara, de
que ESTAS AQUI, vivo, existiendo. Siéntelo ahora. Trata de sentirlo
siempre. Y si te olvidas, vuelve a recordarlo.
5.-
Trata de parar, en algún momento del día, tus actividades durante un
momento. Siéntate algunos minutos, relájate y conviértete en un
espectador de tu mente. Contempla tus pensamientos como si fuesen una
película. No te dejes atrapar por ellos. Sólo obsérvalos serenamente,
relajadamente y déjalos pasar. Este sencillo ejercicio debe resultarte
agradable. Si no es así es que no lo estás haciendo adecuadamente.
Entonces déjalo y practica sólo el siguiente.
6.- Dedica
algunos minutos, por la mañana y por la noche, a RESPIRAR
CONSCIENTEMENTE. Simplemente relájate, haz dos o tres respiraciones
profundas y luego deja que tu cuerpo respire por sí solo. Tú únicamente
OBSERVA como lo hace. Esto te resultará muy gratificante.
7.-
Prueba esta sencilla táctica: antes de dormirte observa detenidamente
tu cuarto, como si lo vieras por primera vez. Date cuenta que tu cuerpo
va a descansar, que te estás acostando. Repítete a ti mismo: "voy a
descansar en mi cama. Si a partir de ahora me encuentro en otro lugar o
con otras personas es que estoy soñando. Me daré cuenta y me moveré a
voluntad". Si lo practicas con la debida constancia acabará dando un
positivo resultado. Sólo ten la paciencia suficiente para que el mensaje
se grabe en tu subconsciente.
8.-
También puedes dormirte imaginando (jugando) que viajas a cualquier
lugar que te guste. No te pongas límites, puedes ir volando si quieres y
contemplar el lugar desde todos los ángulos que quieras. Cuando tu
cuerpo, por fin, se quede dormido, el lugar al que te has transladado
como si de un juego se tratase te rodeará por completo y podrás
explorarlo en tu sueño.
9.-
Puedes, si quieres, simplemente observar como te vas durmiendo.
Ocurren muchos interesantes fenómenos en este proceso. Te conviertes en
un investigador del sueño. Si sueles practicar el punto 5 te será más
sencillo. Pero ahi personas que no son capaces de relajarse, de
observar sin tensiones y no consiguen que su cuerpo se duerma mientras
tratan de observar su sueño. Tal vez puedas corregir ese error.
10.-
Hay una clave muy bonita pero también personas a las que les da miedo
(miedos hay para todos los gustos) o les pasa lo del punto anterior.
Consiste en observar como el cuerpo se duerme para llegar a captar un
instante "mágico". Se trata del momento en que el cuerpo ni está dormido
del todo ni despierto. Cuando las imágenes de los sueños empiezan a
tomar consistencia y color. Cuando los sonidos del mismo empiezan a
tornarse nítidos. En ese brevísimo instante, con decisión sintiendo que
uno es algo sutil, ligero... se levanta. Tal como suena: levantarse. Si
el instante es el adecuado observareis que os habeis separado de
vuestro cuerpo. Si mirais a la cama lo vereis durmiendo (como podeis
imaginaros la primera vez la impresión es tal que os despertareis
inmediatamente). Pero también podeis flotar en el aire o atravesar una
pared (cuidado impetuosos, a veces se ha levantado uno con su cuerpo
físico, así que si quereis atravesar tabiques probad antes con una
mano). Si no ha salido bien se vuelve uno a la cama y repite. Pero esto
no es para los que se cansan enseguida, para los perezosos o los que
les da miedo casi todo.
Mariana Vernieri
Los
sueños pueden ser vistos como una sucesión de imágenes inconexas,
aparentemente sin sentido, reflejo de una actividad mental que no cesa
completamente mientras el cuerpo descansa. Pero en realidad, son mucho
más que eso. Los sueños son, en primer lugar, la conexión más directa
que tenemos con nuestro inconsciente. Nuestra mente conciente es como
la pequeña punta de un iceberg que aflora a la superficie. Luego
tenemos el preconciente, y por debajo, una enorme masa oculta, que
ocupa aproximadamente el 80% de nuestra psique, y ésta es precisamente
nuestra mente inconsciente.
En
ella almacenamos toda la información que percibimos desde que nacemos.
De hecho, si no podemos recordarlo todo concientemente no es por una
falla de "almacenamiento" sino por una falla en la recuperación de la
información. Si luego de subir una escalera nos preguntan cuantos
escalones hemos subido, no lo sabremos. Pero bajo hipnosis podremos
recordarlo con precisión.
Toda
esta información queda registrada en el inconsciente y condiciona
nuestra conducta, nuestros sentimientos, nuestros instintos y nuestras
emociones.
Mientras
que la mente conciente es intermitente y se apaga cada noche cuando
nos vamos a dormir, el inconsciente permanece despierto las 24 horas,
sin descansar. Y es durante las horas del sueño, cuando la conciencia
calla, cuando mejor podemos escucharlo.
En
los sueños, entonces, nos habla mediante un lenguaje universal, de
símbolos, imágenes y simplificaciones, nuestro yo más profundo. Si
sabemos escucharlo -e interpretarlo- tendremos un íntimo contacto con
nuestro más preciado amigo: nosotros mismos.
Así,
hay gente que se propone usar los sueños a su favor, mediante técnicas
sencillas de interpretación. Por ejemplo, antes de ir a dormir se
concentran y piensan: "El sueño de esta noche me dará la respuesta a x
interrogante de mi vida ". Al despertar, recordando la pregunta que uno
le hizo a su inconsciente, y mirando al sueño que hemos tenido con esa
lupa, encontraremos una respuesta que viene directamente de las
profundidades de nuestra mente.
Pero
si bien los sueños REM comunes son importantes, y nos ayudan a
conocernos mejor, ya sea que formulemos o no preguntas antes de
tenerlos, el mundo onírico nos abre la puerta a un universo aún mucho
más apasionante: Los sueños lúcidos (o sueños concientes).
¿Nunca
les ha pasado que mientras soñaban se daban cuenta de que estaban
soñando, y permanecían en el sueño, aunque con la conciencia típica del
estado de vigilia?
La
mayoría de las personas han tenido al menos alguna vez este tipo de
experiencia espontáneamente. Se trata de un estado de conciencia
distinto (no es ni sueño ni vigilia) con ondas cerebrales de
características totalmente distintas a las del sueño REM no conciente.
A
partir del momento en que tomamos conciencia de estar dentro de un
sueño, tomamos también el control de nuestro sueño y se abre un abanico
infinito de cosas que podemos hacer. Nuestro inconsciente se despliega
ante nuestros ojos y allí estamos nosotros, con todas nuestras luces,
para navegar concientemente dentro de él.
Personalmente,
desde chica he tenido sueños lúcidos espontáneos, y en mi adolescencia
fui aprendiendo las técnicas para provocarlos y dominarlos. Desde
entonces he hecho todo tipo de experimentación con ellos, y se han
convertido en una parte importante de mi vida.
¿Para qué tener sueños lúcidos?
Quién
lo ha experimentado espontáneamente sabe de la inmensa sensación de
poder que nos invade cuando dentro del sueño, sabemos que estamos
soñando. Somos dueños y señores en ese mundo. Las reglas las ponemos
nosotros. Nuestros deseos se hacen realidad.
Pero
la primera y principal causa que hace de la lucidez una herramienta
fundamental para manejarnos por los sueños son las temibles pesadillas, y
sueños desagradables.
A
veces, mientras dormimos, el inconsciente nos juega una mala pasada, y
nuestro sueño nos tortura con los peores sufrimientos. Inadvertidos de
que es una ficción, nos preocupamos y atormentamos como si fuera la
vida real, y el alivio recién llega al despertar.
Caemos
desde alturas inconmensurables, somos perseguidos por personajes
siniestros, muere la gente que amamos, somos traicionados, burlados,
encerrados...
Son
"sólo sueños" pero sin embargo nos conmueven desde lo más profundo.
Quizás despertamos sobresaltados, el corazón nos late fuerte, y hasta
tenemos ganas de llorar. En fin, son una verdadera pesadilla.
¿Como librarnos de ellas? ¡¡Con la ayuda de la lucidez!!
Si
en una pesadilla nos damos cuenta de que estamos soñando (y como ya
verán esto es fácil con un poco de práctica) primero nos tranquilizamos:
sabemos que lo malo que ha sucedido o está sucediendo no es real.
Luego que nos reafianzamos en la lucidez, estamos en condiciones de
tomar control del sueño. Así, podemos despertarnos si lo deseamos o,
mejor aún, ejercer nuestro poder para transformar el sueño en lo que
más deseemos. Los monstruos y las desgracias dejadas atrás, podemos
sumergirnos en un sueño maravilloso y... ¡Pesadilla terminada!
Más allá de esta función "de rescate" los sueños lúcidos sirven también para:
Simplemente al tomar conciencia nos dedicamos a hacer lo que nos
gusta: volar por los aires, flotar en el agua sin necesidad de respirar,
pasear por los lugares más hermosos, comer los mejores manjares,
encontrarnos con la gente que queramos, concretar las aventuras
románticas más esperadas... En nuestros sueños lúcidos somos como
"magos". Cuando aprendemos a ejercer el poder podemos lograr lo que sea
que deseemos. ¡Los límites sólo los pone la imaginación!
Para
cualquier tipo de arte los sueños lúcidos pueden ser una excelente
fuente de inspiración. Con la práctica necesaria para recordar lo que se
crea dentro del sueño, y la suficiente concentración como para
programarse antes de dormir a crear ni bien se adquiera el estado de
lucidez, encontramos una puerta abierta a nuestro centro creador, mucho
más directa que la que tenemos en estado de vigilia. Muchos pintores,
poetas y músicos utilizan esta técnica. Y a su vez, la mayoría de las
personas que buscan y consiguen tener sueños lúcidos con regularidad
tienen una faceta artística. Son dos cosas muy relacionadas.
Sólo se trata de decirse a uno mismo en el estado de sueño lúcido:
"Quiero
que aparezca una tela en blanco y pinturas" y comenzar a pintar. O se
hace aparecer el instrumento que uno toca y se compone una canción. O
un lápiz y papel y escribimos un cuento, poesía, composición, o un
capítulo de nuestra novela.
La
creatividad surge increíblemente sin trabas, y a toda velocidad.
Porque estamos allí, al lado de nuestro inconsciente, sin
intermediarios.
La
otra técnica es encontrar las cosas ya creadas. Por ejemplo "Quiero
ver un cuadro hermoso" o escuchar una melodía, o "ver en la tele" una
buena historia. Esas también son creaciones nuestras, aunque en el
momento nos lleguen como ajenas. Sobre estas, tenemos aún menos control
conciente por lo que suelen salir cosas loquísimas, surrealistas,
extrañas, y a veces de gran valor artístico.
Al
ser un sueño lúcido un estado de conciencia alterado, está íntimamente
relacionado con las distintas experiencias paranormales de las que se
suele hablar. Hay quienes dicen que en estos sueños pueden ver el
futuro, otros que recuerdan sus vidas pasadas, y otros que hablan con
"entidades espirituales" superiores, o maestros, o que se comunican con
los muertos.
Yo
no digo que todo esto exista. Al contrario, mi experiencia no termina
de ser contundente al respecto. Pero me parece muy interesante utilizar
el sueño lúcido como experimentación para que cada uno saque sus
propias conclusiones.
Yo he probado con bastante poco éxito - confieso - aunque no nulo:
-Comunicarme durante el sueño con alguna persona cercana, decirle algo, y luego al despertar inquirirle sobre lo que le dije.
-Buscar
información que me era imposible conocer, como ir a un determinado
museo que nunca visité y leer algún cartel, para después chequearlo.
-Compartir el sueño con otra persona (que sueñe lo mismo al mismo tiempo).
-Ir al futuro.
-Ir
a mis vidas pasadas. (En estas experiencias siempre perdí la lucidez
volviendo a un sueño onírico común y corriente. Se ve que me faltó
concentración, o que no es un buen método)
... y otras cosas por el estilo.
En
el momento, me propongo adentrarme en la teoría del "viaje astral" y
"experiencias extracorpóreas" para dentro de un tiempito experimentar
con ellas. Dicen que están muy relacionadas con los sueños lúcidos, que
los diferencia sólo una variación de "vibración".
Como habrán visto en mi sección sobre "mente y alma",
es un tema que me apasiona y que trato de abarcar desde lo racional y
científico. Pero si lograra vivenciar algo así, me convencería más que
mil argumentos juntos. Por eso creo que vale la pena intentarlo.
Otra
apasionante posibilidad que nos brindan nuestros sueños lúcidos es la
de educar los aspectos de nuestra personalidad que deseemos mejorar,
aprovechando la cercanía al inconsciente, que nos facilita trabajarlo
mucho más directamente. Es un método altamente recomendado para la
superación de fobias.
Aquel
que le tiene miedo a las alturas -por ejemplo- puede entrenarse
escalando montañas... en los sueños. Llegará un momento en que al
despertar ya se sienta lo suficientemente seguro y confiado como para
intentarlo el la vigilia. El tímido puede intentar en su sueño asistir a
grandes reuniones y hacer chistes, o dar una charla en público. El
eterno enamorado ensayar diversas formas de declararse. El que necesite
practicar el autocontrol, la tolerancia, la empatía, o lo que sea,
puede definir sus propias metas y ejercitarlas en los sueños.
Previamente
es fundamental tener una idea de a donde deseamos llegar. Qué aspectos
queremos mejorar, y entrar en una campaña global para hacerlo. Luego
los sueños nos brindan un escenario ideal para nuestra práctica: nadie
nos juzga, nadie se sorprende, somos completamente libres porque
sabemos que lo que sucede no es real. Y el cambio en nuestra
personalidad se va forjando desde adentro, desde donde el cerebro es
más vulnerable a cambiar. Se nos abre así una puerta que nos permite
abarcar aquellos aspectos negativos que con nuestros simples ejercicios
diurnos parecían imposibles de mejorar.
Tipos de Sueños lúcidos
Hay tres maneras distintas de llegar tener sueños lúcidos. Cada una de ellas de diferentes características:
La
más frecuente consiste en comenzar teniendo un sueño común, darse
cuenta por algún motivo que se está soñando, y a partir de ese momento
entrar en estado de lucidez. Este tipo de experiencia se llama DILD
(Dream Induced Lucid Dreams) justamente porque comienza en un sueño.
Esta es la que la mayoría de la gente, sin entrenamiento alguno, logra
al menos una vez en la vida espontáneamente.
Para lograrlos el primer paso es practicar el ejercicio de recordar
los sueños al despertar. Si nos levantamos apurados por entrar en
nuestras obligaciones diarias, poco éxito podemos tener en lograr
sueños lúcidos. Por eso conviene despertarse de a poco, tratar de no
abrir los ojos en seguida, recordar los sueños lo mejor que podamos,
con todos los detalles posibles. Es muy positivo, si se desea,
anotarlos.
A
la noche, antes de dormir, conviene decirse - e incluso anotar - qué
es lo que uno desea hacer cuando adquiera lucidez, e ir a dormir con la
intención de lograrlo.
El siguiente paso es estar siempre atentos a las señales de sueños, generales y sobre todo las nuestras propias (ver la siguiente sección para más detalles)
La
segunda técnica llamada WILD (Wake Induced Lucid Dreams) es
apasionante porque en ella se logran las experiencias más fuertes y
espectaculares. Es más difícil de lograr porque se necesita muchísima
tranquilidad. Se trata de entrar directamente en estado REM desde la
vigilia sin discontinuar la conciencia en ningún momento. Para ello uno
se va a dormir relajándose de a poco y procurando en todo momento
seguir conciente. "Me estoy quedando dormido, estoy entrando en un
sueño, lo voy a dominar..." En el capítulo Así logro yo un WILD (Modelo de meditación) desarrollo con más detalle mi técnica personal para tener este tipo de sueño lúcido.
El
tercer método, que estoy utilizando últimamente, es similar al WILD
pero con la diferencia de que es más sencillo de lograr y no tan intenso
porque al igual que el DILD tiene más elementos oníricos puros. Se
llama MILD (Mnemonic Induced Lucid Dreams) y consiste en interrumpir el
sueño en medio de la mañana, recordarlo con detalle, y luego de un
rato (se recomienda media hora) volver a acostarse y "entrar"
nuevamente en el sueño, pero ahora con conciencia. Cuando uno está
medio dormido, recordar el sueño conduce a volver a él. Es
recomendable, en esos minutos en que nos levantamos, hacer actividades
que despierten nuestro hemisferio izquierdo (el de la mente lógica)
mientras el cuerpo permanece cansado. Para ello, podemos jugar una
partidita de ajedrez, leer con concentración, trabajar un rato, o más
sencillo, hacer algunas cuentas mentalmente. Luego volvemos a la cama y
el ejercicio que hay que hacer es similar al del WILD en el sentido de
que hay que procurar entrar en REM sin perder la conciencia. Pero hace
falta mucha menos relajación, porque veníamos soñando, y estamos muy
cansados. El sueño nos tira, no tenemos que provocarlo. Claro que no
será nada divertido ponerse el despertador y levantarse media hora a
las 6-7 de la mañana sólo para esto. Yo lo hago porque tengo que
levantarme para cumplir ciertas obligaciones. Luego de cumplimentarlas
puedo volver a la cama, así que ahí aprovecho para intentar mis MILDS.
¿Cómo reconocer que estamos en un sueño?
En
el sueño pasan cosas muy raras, que con nuestra lucidez normal
deberían delatarnos que estamos soñando. Pero a pesar de eso, la
mayoría de las veces no nos damos cuenta. Tomamos todo como viene,
creyendo que los acontecimientos más inverosímiles son verdaderos y al
despertar nos preguntamos: "¿Como no me avivé de que era un sueño?¡¡Era
tan obvio!!" Como todo, esto se puede entrenar. Y el primer paso es
realizar "chequeos de realidad" y tener claras las "señales de sueños"
Como aumentar y mantener la lucidez
Cuando
ya estamos adentro del sueño, y comenzamos a tomar conciencia,
corremos el riesgo de despertarnos, o de que todo se desdibuje y vuelva
a convertirse en un sueño común.
Un
buen truco para que esto no suceda es comenzar a girar nuestro cuerpo
onírico sobre sí mismo (como la mujer maravilla) concentrándonos en
aumentar la lucidez.
Mientras
giramos nos repetimos: "Estoy en un sueño, yo sé que este es mi sueño,
quiero manejarlo, quiero aumentar y fortalecer mi lucidez"
Cada vez que sentimos que el sueño nos está envolviendo podemos hacerlo nuevamente, para no perder el estado de lucidez.
También
esta técnica de girar es buena cuando deseamos cambiar de escenario.
Nos decimos "Cuando termine de girar voy a estar en un jardín hermoso
con toda mi familia" o "Voy a despegar en un vuelo hacia la luna"
Repetir
regularmente una frase como "aumentar lucidez" imaginándola como un
comando mientras nos manejamos por nuestro sueño lúcido puede ser otra
técnica efectiva.
También
se pueden usar los sentidos para aferrarnos al sueño. Mirando
fijamente algún objeto, saboreando o tocando algo. Me ha dado buen
resultado la técnica que me enseñó mi amigo “truthbearer” consistente
en frotarse las manos, como enjabonándolas.
Por
otro lado, cuando en un sueño lúcido estamos poniendo demasiada
concentración, como por ejemplo intentando resolver un problema
matemático o guardar en la memoria para cuando despertemos una frase
larga y precisa, o toda una canción, la mente se siente sobreexigida y
corremos el riesgo de despertar. Por eso, cuando sentimos que esto está
por suceder, es mejor dar unas vueltas y dedicarnos a tareas sencillas
como volar un rato, para relajar la tensión, y en una de esas, si no
nos olvidamos, volver a nuestra dificultosa tarea más tarde.
Así logro yo un WILD
Lo
más importante para lograr un WILD es un entorno de silencio y
tranquilidad. Poca luz, ropa cómoda, retiramos anillos y cadenas. Nos
aseguramos de que nadie nos va a interrumpir, y de dejar de lado las
preocupaciones. Podemos ponernos algo que nos tape los oídos como
auriculares apagados o con música clásica o new age muy tranquila a
volúmenes muy bajos.
Nos
acostamos boca arriba, con los brazos al costado del cuerpo, las
palmas hacia arriba. Podemos juntar los dedos índices con los pulgares.
La cabeza levemente levantada por una almohada bien cómoda.
Distendemos todos los músculos, nos aseguramos de que las mandíbulas no
estén haciendo presión, y que la lengua no se apoye contra el paladar.
Comenzamos
a concentrarnos en la respiración. Tratamos de solamente pensar en
ella, dejando cualquier otro pensamiento de lado. Vamos contando cada
inspiración, del 1 al 20. Si nos desconcentramos comenzamos nuevamente. Y
cada respiración es un poco más lenta que la anterior.
Luego
visualizamos una luz muy brillante y buena, de color verde
fluorescente. La vemos acercarse a nuestra cabeza y penetrar en ella. Es
una luz que alivia las tensiones, y cura las dolencias.
Con
cada respiración va recorriendo nuestro cuerpo dejándolo luminoso y
relajado. Muy lentamente recorre cabeza, cuello, hombros, brazos...
todos los órganos internos, de arriba hacia abajo para culminar, en el
tiempo que necesitemos, por la punta de los pies.
Cuando hemos terminado, vemos brillar todo nuestro cuerpo entero, sientiendonos en un total estado de relajación.
En
este punto hay dos caminos inversos para seguir, pero que,
paradójicamente, a mi por lo menos me conducen al mismo resultado. Puede
ser sentirse muy liviano, o por el contrario sentirse muy pesado. El
cuerpo pide una de las dos alternativas. Si vemos que tiende a la
liviandad, vamos haciéndonos tan livianos que sentimos que flotamos. Si
vemos que nos pide rigidez, nos sentimos tan duros que no podemos
movernos aunque lo deseemos. Sentimos que todos los músculos están
rígidos y que el cuerpo nos pesa muchísimo sobre la cama.
De
cualquiera de las dos formas, vamos entrando en un estado de
relajación profunda. La voz más externa de la mente ya calló. Estamos
en estado alfa. Si prestamos atención, iremos identificando "voces
mentales" o pensamientos inconscientes que parecen absurdos y que se
desvanecen con rapidez. Pueden ser voces de personas conocidas, la
nuestra propia, o de cualquiera, diciendo frases sin sentido aparente.
La tarea en este punto es tratar de retenerlas, identificarlas,
entenderlas.
Luego
de unos instantes de seguir en ese estado, además de las voces se
empiezan a formar imágenes dinámicas. Esa es la señal de que estamos por
entrar en sueño REM. El desafío es adentrarse en ellas, no dejarlas
ir.
Cuando
logramos hacer vívida y continuada una de esas escenas vamos
sumergiéndonos en un sueño, y debemos procurar no perder la continuidad
de la conciencia cuando finalmente entremos en él.
"Me
estoy quedando dormido, la imagen que veo es un sueño, quiero entrar
en él" Nos decimos. Y si vemos a nuestro cuerpo onírico (a la imagen de
nuestro propio cuerpo) nos sumergimos en él, y lo hacemos girar como
describí en el punto anterior, diciendo: "No debo olvidarme de que este es un sueño, yo tengo el control, yo lo manejo como quiera"
Si
lo hacemos correctamente, a esta altura ya estaremos adentro. Entramos
en un estado pleno de sueño lúcido, con todas las características del
REM (Si nos observan verán los rápidos movimientos oculares) y con
plena conciencia lo cual se demuestra no sólo vivencialmente, sino
también a través de una diferente gráfica en el electroencefalograma.
¿Peligros?
Me
gustaría decir, como lo hacen casi todas las publicaciones que hablan
sobre el tema, que la práctica frecuente de sueños lúcidos no tiene
ninguna contraindicación u efecto adverso. Pero mi experiencia me indica
que -si bien no se trata de nada demasiado grave- hay ciertos riesgos
de los que hay que estar concientes para su buen manejo:
Control de sueños ¿Somos omnipotentes?
No, no lo somos. En nuestros sueños concientes podemos hace muchas, muchas cosas, por ejemplo:
- Volar
- Atravesar muros o espejos - Movilizar objetos con la mente - Cambiar el entorno/ paisaje - Hacer aparecer/desaparecer gente- objetos - Resolver problemas matemáticos simples - Leer y recordar lo que se lee - Recordar lo que uno se propone hacer en su SL antes de dormirse - Hablar en voz alta con alguien de afuera sin despertarse
Pero
a veces estas cosas se nos hacen difíciles. Uno intenta volar, por
ejemplo, pero no puede. Las cosas pueden no salirnos como deseamos. Si
esto sucede, hay varias cosas que podemos hacer para aumentar nuestro
control:
- Dar órdenes en voz alta "¡Que esta persona desaparezca ya!" "¡Quiero volar!"
- Tener fe. Si estamos convencidos de que podemos hacer algo, podremos! Si las cosas no nos salen es por falta de confianza. Decirnos: "Este es mi sueño y yo tengo el control, lo que sea que desee puedo lograrlo!!"
-
Si seguimos con poco control, es cuestión de girar y girar diciéndonos
"Me estoy cargando de poder, cuando deje de girar voy a poder ..."
Hay
cosas, sin embargo, que escapan a nuestro control inevitablemente,
siendo la más importante de todas el comportamiento de los distintos
personajes que aparecen en nuestros sueños. Podemos "sugestionarlos" si
queremos. Pero lo que digan o hagan va a depender en última instancia
de "ellos" y no de "nosotros". En nuestros sueños lúcidos, al igual que
en los sueños REM comunes, tenemos únicamente control sobre nuestras
palabras y acciones, y no sobre las ajenas.
Lo
mismo sucede respecto al devenir de la historia. Siempre pueden
aparecer elementos imprevistos. Este conjunto de reglas especiales
caracterizan al sueño lúcido distinguiéndolo de otros estados de
conciencia como el sueño común, o la meditación imaginativa.
Cosas interesantes para hacer en los sueños lúcidos
Aquí un pequeño listado de ideas para hacer en tus SL clasificados según las finalidades descritas anteriormente. Bienvenidas todas las nuevas ideas que puedan enviarme!!!
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existe la creencia universal de que todos los que son malos reciben males, fracasados economicamente, en la salud y amor..han sido juzgados sin haber tenido un juicio previo. unicamente se les juzgo por la apariencia de ser malos. a partir de este momento yo los representare ante las leyes universales de la igualdad. siendo abogado del que no tiene amor salud o dinero. yo el abogado del diablo alfredo benitez maestro en magia astrologo nicromante y graduado en derecho universal
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lunes, 8 de julio de 2013
VIVIR LUCIDAMENTE EN EL MUNDO DE LOS SUEÑOS
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